La estandarización de las bodas en los últimos años ha ido decreciendo para dar paso a una auténtica industria que mueve una gran cantidad de dinero. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2018 se celebraron 163.430 bodas en España, un 5,9% menos que el año anterior.
De esta forma el número de matrimonios se sitúa en 3,5 por cada 1.000 habitantes. Y es que a pesar del descenso, se van dando paso otras alternativas menos encorsetadas extendiendo la oferta tradicional (fotografía, la vestimenta, zapatos de los novios, la banda musical, la alfombra tipo moqueta para bodas, los cotillones, la mesa de dulces, los suvenires y el organizador), pero sobre todo en la forma en que se hace.
A pesar de que para los nuevos aspirantes que esperan a pasar por la vicaría puede ser un quebradero de cabeza por los costes que conlleva el casarse, el sector y las empresas que viven de este negocio aprovechan la gran diversificación que hacen para atender una demanda más plural.
Con una oferta mucho más abierta, no podemos dejar pasar el catering, que se va sofisticando llegando a durar todo un día entero con un sin fin de cócteles y bebidas, aperitivos exóticos, etc…
La decoración y la animación es otro punto fuerte, creando toda una industria paralela que hasta hace poco tiempo se desconocía. Empresas comandadas por profesionales proveniente del sector de la decoración han puesto todo su saber e imaginación a un gremio que demandaba una mayor oferta.
En cuanto a los lugares, en los últimos años han salido al mercado centenares de nuevos locales de celebración, en general, sitios con enorme encanto, palacios, castillos o fincas agrícolas rehabilitadas que están presididos por largas moquetas o alfombras, pudiéndose ver también en grandes hoteles y restaurantes que también han entrado en este negocio.
Pese al enmarañado mundo de las cifras que podemos encontrar en la red, lo que siempre parece ser una constante desde los últimos 3 a 5 años es la del gasto que hacen los novios, siendo un promedio de entre 18.000 y 20.000 euros. Lejos quedan los cerca de los 4.500 millones de euros que se facturaban por el año 2007, para quedar ligeramente por debajo de la mitad actualmente.
Casarse de una forma muy personalizada y exclusiva ya es posible gracias a las empresas especializadas en bodas y a los profesionales independientes que ofrecen una amplia cartera de proveedores, para que los novios puedan decidir la mejor opción y de forma rápida.
Incluso podemos ver como se ha convertido una boda en un destino turístico, con los llamad os «destination wedding», un plan de boda en el que los novios y los invitados se desplazan durante unos días a un lugar del mundo para celebrar un evento memorable.
